lunes, 22 de agosto de 2011

LA TRISTE HISTORIA DEL PARAÍSO PERDIDO

Cuando por motivos de trabajo o vacacionales hemos regresado, por vía aérea a nuestra querida ciudad y puerto de La Paz, una de las primeras postales que captamos desde el aire es el Mogote, con sus dunas, humedales y manglares. Es como la carta de presentación de la ciudad y la señal segura de que estamos a escasos minutos de pisar esta tierra de paz y de hospitalidad, que ha cautivado a propios y extraños desde la ya lejana época de su fundación.

Pero de un tiempo a la fecha el paisaje ha cambiado. Desde aquellos años en los que algún fantasioso alcalde mandó colocar en el Mogote, en semanas cercanas a la Navidad, algunos reflectores que formaban la silueta de un árbol, alusivo a la época decembrina. Hasta el escenario actual que distrae nuestra atención. Pues desde el malecón podemos apreciar el contorno lejano de unos edificios de condominios a medio terminar, que se erigen al lado de otros módulos, que encienden sus luces por las noches y que emiten señales de vida moderna al otro lado del canal paceño.
Dándonos imágenes radicalmente disímbolas. Que combinan la riqueza natural de los manglares y los esteros, con un proyecto inconcluso y parcialmente en abandono, por la empresa constructora Gran Visión. Proyecto al que un entrenado y bien pagado publicista dio por llamar Paraíso del Mar.
Este proyecto nació desde un inicio con muchas incertidumbres y resistencias. Se presentó como la solución principal para el despegue turístico de La Paz. Con una duración de 15 años de construcción y una inversión prometida de 1,200 millones de dólares muchos sectores económicos se dejaron seducir por estas cuentas alegres. Pero a la vez también surgieron voces de la sociedad civil oponiéndose al impacto ambiental severo, y tal vez irreversible, al que sería sometido el Mogote. Un modelo de desarrollo muy costoso y enfocado exclusivamente a clientes compradores extranjeros. Proyecto que digámoslo con claridad; inició con el pie izquierdo.

Al inicio de las obras de Paraíso del Mar, su promotor, ARQ. LUIS CANO HERNÁNDEZ, se dedicó a afrontar en los terrenos jurídico, en los medios de comunicación y a través de las relaciones públicas, todas las críticas hacia este desarrollo turístico. Nos lo presentó como una continua fuente de empleos para los nuevos profesionistas paceños, también como una fuente masiva de empleo para los trabajadores de la construcción, y desde luego, un revulsivo para el abatido comercio local. Todo ello con un respeto irrestricto al entorno ambiental. Y mucha gente le creyó.
Recuerdo, hasta antes del 2007, como los empresarios locales abrieron importantes líneas de crédito a CANO HERNÁNDEZ y a CONSTRUCTORA GRAVI, que inicialmente pagaban sus deudas semanalmente, en lo que aparentó ser una bonanza pocas veces vista en la comunidad. Camiones y pontones realizaban constantes recorridos al Mogote con mercancías e insumos. Con tal fecuencia que ya desde entonces muchas voces solicitaron la pavimentación del estrecho camino de terracería que daba acceso restringido y totalmente controlado al lugar.

Pero de pronto nos sorprendió la crisis finaciera e inmobiliaria de finales de 2008, que tuvo su origen en los Estados Unidos, y todo cambió radicalmente. Pasaron los meses y la obra se detuvo definitivamente. Las remesas de dólares provenientes del extranjero se detuvieron. Las oficinas de GRAVI en el Mogote dejaban sonar y sonar sus teléfonos para no hacer frente a sus acreedores; limitaron el acceso vía terrestre y marítima a toda persona ajena al proyecto, sobre todo a los desesperados gestores de cobranza. Y como era previsible, las oficinas del proyecto cerraron, dejando abierta sólo la oficina gerencial ubicada a un costado del edificio del SAT, en el malecón.

Y de veras que quedaron pasivos sin pagar. Algunos medianos y pequeños empresarios locales de plano se fueron a la quiebra, al no poder recuperar los créditos abiertos a Paraíso del Mar. Muchos de ellos van y vienen de los juzgados locales, pagando con dificultades las facturas que nunca les cubrió GRAVI. O que decir de los cientos de empleados - entre profesionistas, prestadores de servicios, obreros, trabajadores de la construcción etc - que perdieron sus empleos y tuvieron que regresarse abatidos a sus lugares de origen, con el desencanto de las promesas no cumplidas. Desde entonces ya TODOS lo sabíamos (¿no sé si los optimistas LUIS CANO HERNÁNDEZ y NARCISO AGÚNDEZ MONTAÑO también los sabían?), que: Paraíso del Mar tenía sus días contados y agonizaba de muerte.

LA CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA.

Visto meramente como un proyecto de inversión a mediano plazo, Paraíso del Mar presenta un elevado nivel de incertidumbre. Por mencionar algunas dudas: ¿Cómo afrontar los elevados costos de edificación? ¿Cómo sufragar los altísimos gastos de operación, para dotar de servicios a los residentes y propietarios actuales de las villas y condominios en el Mogote? ¿Realmente es un proyecto rentable? ¿ Fue bien calculado el periodo y etapas de recuperación de la inversión? Son puntos estratégicos que generaron un alto nivel de incertidumbre a la nerviosa banca internacional y que en tiempos de recesión económica comprometieron su plan de negocios. Estos argumento son los más sólidos para que la banca extranjera decidiera cancelar las fuentes de financiamiento, ante un proyecto riesgoso y poco viable.
Por otra parte, Paraíso del Mar fue visto por la comunidad local como una especie de intromisión impuesta y como una obra que podría dañar de manera irreversible al medio ambiente. Pues si bien la mayor parte del Mogote es una propiedad privada, también en él se encuentran áreas naturales protegidas, que comprometen de manera importante el equilibrio ecológico de nuestro litoral. Con repercusiones directas al hábitat de muchas especies marinas y efectos inmediatos para otras actividades económicas, como la pesca ribereña, la pesca deportiva, el ecoturismo, etcétera.
Reconozcamos también que LUIS CANO HERNÁNDEZ jamás buscó la aceptación popular. Siempre se hizo acompañar de empresarios y gente opulenta, nacionales y extranjeros, organizando eventos sociales y torneos de golf que marginaban por completo a la sociedad paceña. Residentes locales que miramos siempre con reserva la convivencia selectiva y excluyente de ejecutivos y nuevos propietarios de Paraíso del Mar.
A lo que habremos de abonar, por otra parte, la labor incansable y activa de grupos ecologistas, líderes de opinión, investigadores, partidos políticos y colectivos ciudadanos que desde un inicio se declararon en contra de Paraíso del Mar y sí supieron hacer activismo con la ciudadanía en general, con frecuentes jornadas de información más cercanas a la población local.

Ya sin el amparo del ex Gobernador Agúndez y ante la inminente recesión económica global, presagiada para el cuarto trimestre de 2011, LUIS CANO HERNÁNDEZ busca ahora desesperadamente el aval del pueblo y el Gobierno de Baja California Sur, para defender este proyecto que en opinión del Arquitecto Cano : ahora sí, es de todos y para todos los habitantes de La Paz. Baste citar que apenas ayer, en conferencia de prensa, nos recordó que en estos años regaló 50 mil ciruelos del monte para ser trasplantados y liberó 700 tortugas marinas recien nacidas, para preservar el medio ambiente.
Son momentos cruciales para el empresario cabeño, que pretende convencernos nuevamente de que con Paraíso del Mar, La Paz dejará de ser un destino turístico segundón para detonar en el ámbito internacional como un atractivo destino de playa de primer mundo. O bien, que Paraíso del Mar es la opción de empleo que nuestros jóvenes profesionistas y estudiantes universitarios necesitan para salir adelante. Argumentos conciliadores para que demos la pelea juntos y podamos disuadir a la banca extranjera de que este proyecto turístico es rentable y bien acogido por la comunidad. Además, lleva aparejada la idea de que, quienes se opongan a estos supuestos planteados por Cano, serán siempre ciudadanos con un enfermizo regionalismo, que frenará irremediablemente cualquier intento de desarrollo, que pretenda sacar a La Paz del estancamiento económico, en que ha permanecido la ciudad en los últimos años. Esto en el terreno financiero, porque de los ecologistas inconformes CANO HERNÁNDEZ se sabe encargar.
Enfoques distintos, que la realidad y las circunstancias habrán de ubicar, dándole rumbo definitivo a Paraíso del Mar.

La frase de Hoy:

"Cuando somos grandes en humildad, estamos más cerca de la grandeza"
Rabindranath Tagore

Tus comentarios serán bienvenidos a: alfonso_enciso@hotmail.com

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